Pinturas
Trazos Rotos
Pintar el sonido de una lágrima al caer: es la aspiración de cualquiera de mis trazos rotos, esa es la verdadera razón del movimiento de mis pinceles; lástima que para muchos estas humildes pinceladas solo sean pinturas, puesto que en realidad se busca abrigar la expresión unida a la más torpe pasión, con la misma fogosidad del primer beso juvenil, del primer amor.
Los lienzos retozan a los pinceles, solo en nuestra mano está saber colocarlos pinceles, porque los lienzos tienen vida por sí mismos, esa es la verdad de un trazo roto, ser capaz de ubicar el pincel para representar el sentimiento.
Sin lugar a duda hay muchas propuestas peregrinas que al final se transforman como la oruga en mariposa y algo que no tenía sentido, ni orden, ni concierto, ni tino, ni desacierto, ni desorganización… pues eso pretendo aquí: Transformar lo divino en humano y lo humano en divino.
Siempre se ha hablado del negro sobre blanco como medio de escritura – cuanto valía un apretón de manos antaño – pero yo he querido que el rojo de la pasión, de la sangre, del entusiasmo, de la vida, de la esencia, estuviese presente en las tinta grafías, sino nunca tendrían vida, son como aquel apretón de manos de antaño…
