QUINO MUÑOZ

Ourense, ES ( 23:33 )

Joaquín
Muñoz
González

Nacido
1956 - Ourense, España

Cuando leas una biografía

Quino (3)

No trato que esta web sea una biografía, nunca una historia refleja una verdad, la verdad nunca es publicable, es más fácil que una anécdota se haga realidad,… ¿Qué dirían Napoleón, Churchill, Juana la Loca, Isabel la Católica, el primer pre homínido, o el propio Jesucristo,…sobre lo que de ellos se ha escrito? Igual nos llevábamos una sorpresa.

No existe la historia, solo existen biografías,… ¿pero son reales? Viene a mi memoria una frase de Platón que creo recordar que decía que “en la vejez nadie habla bien de ti, sino sólo mal, si es que habla con sabiduría”,… algunos tal vez seamos viejos prematuros, o precoces ancianos, pero hemos sufrido en nuestras carnes esas maledicencias, esas insidias, esas calumnias,… ¿envidia?, ¿dentera?, ¿desazón?,…¡Qué más da!,… Cada una de estas porciones nuestra historia, forman las lascas, nuestras lascas, las de cada uno de nosotros, así clavadas en el corazón a golpes y varapalos. Esas lascas, componen el puzle de nuestra vida, de la existencia de cada uno de nosotros, crónicas de una vida anunciada, necrologías de un vivo que muere en vida o que vive en muerte, así a veces la vida se nos hace larga, que es cuando la vivimos miserablemente, pero a veces se nos hace corta, cuando somos felices,…y asistimos a una farsa como espectadores en cada una de nuestras vidas, hasta que decidimos desempeñar nuestro papel. En ese punto del espacio, nuestra historia se empieza a hacer real.

Nuestra vida es solo nuestra desde que tomamos conciencia de que podemos dirigir nuestro propio destino, hasta el momento es solo un aprendizaje, miles de lucubraciones, actos de amaestramiento,…hasta que empezamos a sentir la necesidad de aplicar nuestro propio criterio a la vida, nuestras propias esperanzas, nuestros más profundos anhelos,…es así como conseguimos que las lascas no nos maten, sino que nos den vida. 

Por qué las lascas

Quino (1)

¿Qué es una lasca? Para muchos solo será un trozo pequeño y delgado desprendido de una piedra (RAE dixit). Pero no, para mi es algo más, para mi las lascas son moléculas de sangre que atormentan las venas, son segmentos de alma que excretan un aire insolente que pervierte el ambiente, son espinas hincadas en un tejido añejo y aquejado de agua cristalina, son trazos cuarteados por la indolencia, son renglones torcidos por los que pueden caminar palabras infinitas, son pensamientos que fluyen como la lava de un volcán en erupción,…son las lascas del País Independiente de O Viso: un destierro, acaso voluntario, a un mundo nuevo, o tal vez el deseo de un nuevo mundo reconquistado.

Las lascan por sí mismas son fracciones de vida, pero en su conjunto conforman el destino, al menos el mío, un destino humilde, que no pretende exhortar, si que pretende proceder sacrificando la esperanza de la gloria y la de la homenaje, solo así conseguiré que las lascas conformen mi destino auténtico Una lasca nace de un acto, y ese mismo acto repetido o recordado se convierte en hábito, que forjado con el espacio del viento y el tiempo de la tierra constituyen un carácter, solo así con ese carácter sembrado, regado y cultivado nos labraremos un destino. Por eso las lascas, las que sellan mi vida, mi aliento, las hay buenas y las hay malas, pero o más importante es que existen, que están ahí, y siempre que necesite recordarlas bastará con palparme el pecho, perennemente incrustadas entre arteria y vena, en un corazón que alienta europeísmo, que consume sentimiento galleguista y que coexiste lleno de filosofía ourensanista. 

Nuestra vida es solo nuestra desde que tomamos conciencia de que podemos dirigir nuestro propio destino, hasta el momento es solo un aprendizaje, miles de lucubraciones, actos de amaestramiento,…hasta que empezamos a sentir la necesidad de aplicar nuestro propio criterio a la vida, nuestras propias esperanzas, nuestros más profundos anhelos,…es así como conseguimos que las lascas no nos maten, sino que nos den vida. 

Unas líneas sobre el pasado

Quino (2)

Un día decidí que las cosas que había hecho a lo largo de mi vida tenían dos caras: la seria y la de coña, aquí os contaré todo lo enserio que soy capaz de tomarme mi vida, mi historia. Soy sabedor de que solo se han obtenidos triunfos cuando se han hecho sacrificios, gratis nunca ha salido nada de nada. Todo ha llevado su proceso, y muchos de ellos no han sido fáciles, los fracasos,… ¿he tenido fracasos? Sí, creo que sí, pero poco a poco he subido las cuestas que el destino me impuso de manera indecente, bueno el destino y algún cabrón. 

Los recuerdos para muchos son un veneno que se forma en nuestra alma y que va aniquilando la sensibilidad del corazón, pero para un pontino el recuerdo es el único paraíso del cual no podemos ser expulsados, por ello me permitiréis que os relate un pasado llenos de recuerdos de infancia, como aquellos primeros años en la Aneja, y el bocadillo de dos onzas de chocolate Chaparro, el partido de fútbol en la plazoleta, con las consiguientes broncas por levantar polvo, los partidos de brilé en la terraza de la plaza de abastos, las bolas que robábamos en los billares para poder jugar a las canicas… 

Todas aquellas veces que nos mojábamos en la fuente del parque, las misas de doce de los domingos, las catequesis, las peleas con los del Ribeiriño, transformadas con el paso del tiempo en amistad sincera, la picadura de tabaco que comprábamos a escondidas en el Ogando, los chicles que le cambiábamos a Don Severo y Doña Celia por chapas aplastadas, pensado que los engañábamos, bendita inocencia la nuestra. Eran tiempos de apertura, de democracia y nosotros éramos esa generación de la democracia, que esperemos dure muchos años.

Luego llego la edad del pavo, y con toda seguridad, el recuerdo mas claro que tengo, os lo voy a confesar, por que así de paso pido perdón por que no deja de ser un pecadillo venial. ¿Os acordáis de aquel “cine del cura”?, pues en ese hermoso lugar lleno de magia y oscuridad, un niño comenzó a hacerse adulto, Estaban echando una de romanos, cuando ocurrió aquel pecadillo, en un momento de despiste del cura, aquella niña y aquel niño se dieron la mano, y luego un beso, su primer beso, apenas duro un cruce de espadas, pero fue maravilloso, noches enteras sin dormir, marcaron a aquel niño que hoy escribe.

Quino (4)

Pero en esa parte mi vida hay mas: era la época de la Troya, intentábamos aprender a jugar al billar – cuando nos dejaban – las partidas en el ultimo piso de ping pong, o de scalextric, o en aquella época en la que incluso nos daban clases de inglés o ver el mundial 82 en compañía de amigos, nos hacían sentir mayores. Veíamos a nuestros padres como si lo fuera todo, nos gusta oír el “clac” de cada ficha de domino, nos gustaba oler cada humareda de faria, y si se despistaba algún padre aprovechar para meterle un buen trago a aquel café preparado por Moncho. Hasta que para muchos de nosotros nuestra puesta de largo fue en el baile que se organizaba en fin de año en la Troya.

Pasaron los años y el tiempo y las circunstancia me obligaron a distanciarme del Puente, años viviendo fuera por estudios y por trabajo, pero eso si el corazón siempre estaba aquí, y siempre que podía me gustaba pisar nuestras calles, hablar con los viejos amigos, o tomar un pincho y un vino, comer en casa de papa Chirri o de la abuela Alicia. Sabían a poco esos días que parecían minutos. 

Haber nacido un 31 de enero quizá marco muchas cosas en un camino que se avecinaba cuanto menos, divertido, pero sobre todo rebelde. ¿Por qué? El 31 de enero del 56 nació Johnny Rotten, el mítico vocalista de los idolatrados Sex Pistols, tal vez su extraña influencia en el mundo de las ideas de la libertad basada en la rebeldía, o tal vez la rebeldía que buscaba la libertad, no lo se, pero esa etapa punk de mi vida vendrá de la coincidencia del nacimiento de la fecha con Johnny, o tal vez no, pero lo que se seguro es que los Sex Pistols, marcaron muchos días en un calendario que transcurría muy deprisa.

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